Mitología celta
Mitología celta
Es conocida por una serie de relatos de la religión de los celtas durante la edad de hierro. Al igual que otras culturas indoeuropeas durante este periodo, los primeros celtas mantuvieron una mitología politeísta y una estructura religiosa. Entre el pueblo celta en estrecho contacto con Roma, como los galos y los celtíberos, esta mitología no sobrevivió al imperio romano, debido a su subsecuente conversión al critianismo y a la pérdida de sus idiomas originales, aunque irónicamente fue a través de fuentes romanas y cristianas, contemporáneas, que conocemos detalles sobre sus creencias.
En contraste, la comunidad celta que mantuvo sus identidades políticas o lingüísticas (tales como las tribus de escotos y bretones de las Islas Británicas) transmitió por lo menos vestigios remanentes de las mitologías de la edad de hierro, las cuales fueron registradas a menudo en forma escrita durante la Edad Media.
Dagda

Debido al carácter particular de Dagda es una figura de la burla ridícula en la mitología irlandesa, algunos autores concluyen que él fue confiado para ser lo suficientemente benévolo (o ineficaz) para tolerar un chiste a sus expensas.
Los cuentos irlandeses retratan a Dagda como una figura de poder, fácil de distinguir por su extrema glotonería y desbordante sexualidad. Lleva un caldero cuyo contenido es inagotable, prototipo del Grial, y un arpa mágica que puede tocar, por sí sola, aires de lamento, de sueño, de muerte o de risa. Posee también, una maza; si golpea a alguien con uno de sus extremos, lo mata; si lo hace con el otro, lo resucita. Es, pues, el dios de la vida y de la muerte, absolutamente ambiguo y poseedor de fuerzas temibles que pueden ser buenas o malas. En Dorset existe una silueta famosa de un gigante itifálico conocido como el Gigante de Cerne Abbas mostrando una maza. Aunque éste fue Hércules, (Heracles), con la piel del León de Nemea encima de su brazo y llevando la maza que utilizaba para matar. En Galia, se especula que Dagda se asocia con Sucellos, dios de la agricultura, los bosques y las bebidas alcohólicas, provisto de un martillo y una copa.
Balar

La tradición irlandesa cuenta con un relato más elaborado. A Balar su muerte le fue anunciada por un druida, que le predijo que moriría a manos de su nieto. Balar, horrorizado, encerró a su hija, Ethné, cuando era muy pequeña, en una torre construida en la cima de la isla de Tory, acompañada de doce mujeres, para impedir que conociera la existencia de los hombres.
Justo enfrente de esta isla vivían tres hermanos, Gavida, Mac Samhtainn y Mac Kineely, los mayores se dedicaban a trabajar en una fragua mientras que el menor era dueño de una vaca, que era la envidia de todos por la gran cantidad de leche que de ella se obtenía. La gran codicia de Balar le instó a apoderarse de tan magnífico animal pasando por la herrería cuando era vigilado por el confiado Mac Samhtainn, que cometió la temeridad de dejarlo en manos de Balar, mientras buscaba unas herramientas que el dios le había pedido, descuido que aprovechó para huir con la vaca hasta su isla.
Mac Kineely quiso vengarse utilizando lo que para el dios era más preciado, su hija, así que ayudado por un druida y un hada, se presentó vestido con ropas de mujer, en la puerta de la torre donde habitaba Ethné. Una vez allí solicitó refugio en la torre a lo que las mujeres accedieron, cuando estuvo dentro, el hada se encargó de dormir a las compañeras de reclusión de la muchacha, mientras el joven seducía a la hija de Balar. Pero nueve meses más tarde las consecuencias de esa tarde se hicieron evidentes, Ethné dio a luz a tres hermosos niños. La furia de Balar cuando descubrió que la profecía aún podía cumplirse fue inmensa, primero cortó la cabeza a Mac Kineely, más tarde cogió a los recién nacidos y, tras envolverlos con una sábana, ordenó que los arrojaran a una sima marina. Durante el traslado uno de los bebés se escurrió de su envoltorio y cayó al mar de donde fue rescatado por el hada que había ayudado a su concepción, ésta decidió entregar al pequeño a Gavida, su tío en realidad, que trabajaba para Balar. Un día en que el dios fue a la fragua jactándose de sus méritos y hazañas, el muchacho reconoció de inmediato la historia de su nacimiento y con gran furia tomó una barra que estaba calentando en el fuego, y con ella golpeó a Balar en la nuca, lo que provocó su muerte inmediata.
Mórrígan
También conocida como Morrigu, es la diosa celta de la muerte y la destrucción. Se la representa generalmente con armadura y armas. Morrigan está presente en todas las guerras, tomando la forma de cuervo o coneja. Su papel en la guerra es infundir en los soldados la fuerza (y la ira) para combatir. Su nombre significa "Gran Reina" o "Reina Espectral". Morrigan también se puede traducir o encontrar escrito
como Carrie o Carrigan.
Morrigan es la diosa de la guerra, y por lo tanto de la muerte. Pero también representa la renovación; la muerte que da a luz a una nueva vida, el amor y el deseo sexual. La vida y la muerte están muy unidas en el universo celta.
Morrigan es doncella, madre y viuda. Formaba una tríada de diosas, junto con sus hermanas, Badb y Macha, en ocasiones junto a Nemain, aunque en algunas fuentes se la describe como diosa triple, incluyendo a Bodbh y Macha como otras manifestaciones de Morrigan.
Esta diosa pertenece a los Tuatha Dé Danann, los seres mágicos que habitaron Irlanda antes que los irlandeses actuales.
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